Adentro de cada persona,
en un lugar imaginario
que yo inventé,
una ciudad imaginaria
o pueblo imaginario
que yo inventé,
ahí
adentro de cada persona
la proporción
entre el bien y el mal
de adentro de cada persona
en este pueblo
que inventé
es la misma
proporción
entre el bien y el mal
que había
en el pueblo entero.
En todo el pueblo
la misma proporción
entre bien y mal
que adentro de cada persona.
Y cada persona
estaba en guerra con el mal
de adentro suyo,
no con el mal
del otro.
Y esta guerra
de cada persona
contra el mal
de adentro suyo
era a cuchillazos.
Y cada cuchillazo
era un poema.
Y vos no podés corregir el vuelo
de un cuchillo:
cuando lo largaste
lo largaste y su trayectoria
no puede
corregirse.
Es por eso más o menos
que últimamente
no corrijo
los poemas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario